Viaja las emociones, Viajes cotidianos

Viajando el Asco

Cada vez que he pensado en escribir sobre esta emoción me ha entrado un escalofrío por la espalda. Como si ya el propio nombre Asco me produjera un rechazo espantoso. Como si la palabra estuviera cargada de contenido a pesar de ser sólo cuatro letras. Y eso ya adelanta que es lo que nos pasa con esta emoción.

Cuando sentimos asco sentimos rechazo hacia un objeto, una situación, una persona, una conducta… Y parece que a mí me pasa directamente con el hecho de tener que hablar de ello. Sin embargo, aunque queramos rechazarla, el asco es una emoción muy útil.

¿Para qué sirve?

Está considerada una de las emociones básicas presentes en todas las culturas y su principal función es prevenir que el organismo ingiera alimentos o bebidas que puedan estar en malas condiciones. Vamos, que nos protege de alimentos que consideramos «tóxicos». Como ves una función muy biológica. El cuerpo es sabio y no ha mantenido las emociones a lo largo de la evolución porque sí.

Al irnos convirtiendo en animales sociales la emoción de asco ha ido ampliando su función y también aparece este sentimiento ante personas que vemos «tóxicas» para nosotr@s. No serán dañinas para nuestro cuerpo pero sí para nuestra mente, para nuestros principios y valores. Y aquí es donde, a pesar de ser una emoción universal, está la explicación de que no sea igual en todo el mundo.

¿Qué la produce?

La expresión del asco difiere en las culturas, lo que produce rechazo en unas en otras no. Y al viajar a lugares donde los patrones culturales son muy distinto a los nuestros nos encontraremos muchas veces con esta emoción. Hay gente que considera asqueroso comer con las manos o comer insectos.

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Suculenta comida en Khao San Road, Bankok.

Para los que usamos papel higiénico parece que da asco no usarlo, y para los que no lo usan les resulta bastante poco limpio usarlo.
Baño de Indonesia.

Baño de Indonesia.

Hay personas a las que les produce aversión los pies, tocar algo con la mano izquierda o la menstruación. Por tener, en el mundo tenemos hasta personas que sienten rechazo hacia otras religiones o hacia el concepto de religión en general. Y todas y cada una de estas manifestaciones del asco tienen que ver con nuestra cultura, nuestra educación y nuestros valores. 

Yo propongo que mantengamos el asco como emoción que nos da nauseas cuando comemos o bebemos algo en mal estado. La función vital está justificada. Pero te propongo que podamos tener una mirada más amplia sobre esta emoción cuando nos pase con situaciones, objetos o personas.

Antes de rechazar algo pregúntate ¿Dónde está lo dañino? ¿Tus valores seguirán siendo los mismos aunque entres en contacto con otra cultura? Puede que sí, y puede que no. Y si es que no… ¿Qué hay de malo en ello? 

Cuéntame que cosas te dan asco o te producen rechazo ¿Te has encontrado de viaje con algo que haya despertado ese sentimiento? 

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¿Quizás los escarabajos? ¿Las cucarachas? 😉 Yo confesaré que no fui capaz de probar los bichos en la comida.

Propuesta #ViajaTuCiudad:

El reto de este mes va a tener que ver con viajar con el gusto. Te propongo que busques un restaurante de otro país, de una cultura distinta a la tuya, que te aventures en su carta y que pruebes algo nuevo. No hace falta que sea lo que más asco te dé pero sí que no vayas al restaurante italiano de la esquina donde ya has ido otras veces. Se trata de innovar. El sitio de tu comida/cena será tu punto de partida para descubrir un barrio nuevo, como si estuvieras en una ciudad del país del restaurante.

Lleva siempre contigo un cuaderno y cuando finalices el recorrido previsto para ese día escribe o pinta lo que te surja en algún lugar que te haya gustado o te haya generado rechazo 😉

 

  1. Gracia

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    Creo que mi paladar se adapta bastante bien y además es muy fan de probar cosas nuevas, así que despertar el sentimiento del «asco» me va a costar jejjejeje Como no sean esos bichejos de Khao San Road no sé yo ;-P
    Más que las comidas, los olores me provocan más náuseas, eso si que lo llevo mal. A propósito de esa magnifica foto del baño de Indonesia, aun puede ser peor el de un baño en un tren de India en Sleeper Clases! SOS! ?

    1. Viajes Terapéuticos

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      Cierto, ¡los olores son otro gran provocador de nauseas! Me resultaba difícil proponer algo que nos hiciera vomitar jajajaj ¡Que quiero divertirme haciendo las propuestas! Pero se me ocurre que otra manera de hacer la propuesta es poniendo especial atención al sentido del olfato mientras se da una vuelta por el barrio. Seguro que aparece algún olor nauseabundo jajajaj

  2. Dani Keral

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    Pues fijate, el asco no exactamente, sino la pereza en ese momento me llevó a no probar insectos en Camboya hace unos meses. Iba con la idea, pero en ese momento… no me apetecía. Como quien elige no comer un helado.

    1. Viajes Terapéuticos

      at

      Pues lo mejor que pudiste hacer, no hacerlo porque no te apetecía 🙂 Es decir, hacer el no comerlo porque te apetecía. Vamos que mucho mejor que comerlo por obligación o no comerlo por asco. No sé si me explico… jajajajjaa
      ¡Lo mejor es siempre escucharse y ver que le apetece a uno! ¿Y algo que te de asco o rechazo?

  3. de Fiesta en América

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    Pienso que si uno quiere aprender sobre una cultura y sobre todo su historia, entonces la comida es clave. Por ejemplo, el que muchos países asiáticos sean capaces de comer insectos, arañas, roedores y vaya uno saber cuantas cosas más, muestra que han pasado por etapas de verdadera hambruna.
    Te felicito por tu post Pepa!
    Saludos desde Argentina!

    1. Pepa

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      También el hecho de que cada cultura puede sentir el asco hacia diferentes cosas y que las costumbres cambian. Un saludo!

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